¡LA
ACTIVIDAD FÍSICA
ES UNA FORMA DE INVERTIR EN SALUD!
¡CUESTA POCO, ES FÁCIL Y BARATA!
ES UNA FORMA DE INVERTIR EN SALUD!
¡CUESTA POCO, ES FÁCIL Y BARATA!
CAPITULO II
ALIMENTACIÓN
Los alimentos dan la energía
necesaria para hacer ejercicio; comer lo correcto en el momento indicado aporta
al cuerpo lo que necesita para un rendimiento y una recuperación óptima. Al
hacer ejercicio, se pierden líquidos a través de la transpiración y al exhalar
el aire. Así pues, beber adecuadamente es esencial para evitar la
deshidratación y el cansancio.
Consumir un determinado tipo de
alimentos y líquidos en el momento adecuado permite realizar el ejercicio
físico de una manera más eficiente y posibilita asimismo una rápida
recuperación.
LA ENERGÍA DE LOS ALIMENTOS.
Las grasas y los hidratos de
carbono son las principales fuentes de energía. De las proteínas también se
obtiene energía, pero solamente hacia el final de una prolongada sesión de
ejercicio, como por ejemplo, al correr una maratón. Los hidratos de carbono se
almacenan en cantidades limitadas en los músculos en el hígado en forma de
glucógeno. Cuando se agotan las reservas de glucógeno comienza la fatiga. La
grasa se acumula bajo la piel como tejido adiposo y alrededor de los órganos
internos.
Cuando llevamos a cabo un
ejercicio aeróbico, como caminar o correr, la energía la obtenemos de quemar
grasas y cierta cantidad de glucógeno. Los músculos de una persona en buena
forma física obtienen más energía de las grasas que del glucógeno. En cambio,
cuanto más intenso y duro es el ejercicio realizado, más glucógeno se utiliza y
mayor tiempo se precisa para reponer las reservas consumidas. De ahí que, en
parte, sea tan importante descansar unos cuantos días después de una sesión en
los casos en que realicemos por primera vez un programa de ejercicio. Las
personas que llevan tiempo practicando un determinado tipo de ejercicio reponen
con más facilidad las reservas de glucógeno que las personas que acaban de
empezar.
¿Qué comer?
La dieta que debe acompañar a
un programa de ejercicio es la misma que se sigue para gozar a largo plazo de
una buena salud. Una dieta equilibrada, basada en hidratos de carbono
complejos, como por ejemplo pan y pasta integral, patatas, arroz integral,
cereales y unas cinco tomas de frutas del tiempo y verduras, legumbres,
pescado, nueves, productos frescos bajos en grasa y aceite de oliva en lugar de
mantequilla, se considera ideal para la conservación o recuperación de la salud
y aporta grandes cantidades de hidratos de carbono complejos. Es imperativo
reducir la ingestión de carne roja y de productos frescos grasos, así como de
pasteles, galletas, patatas fritas y dulces, que debe permitirse sólo como
caprichos ocasionales.
Una persona que consume gran
cantidad de alimentos con un alto contenido en grasa, azúcar, sal y aditivos
artificiales puede carecer de algunos micronutrientes como la vitamina C,
hierro y calcio, esenciales para obtener energía, fortalecer el sistema óseo y
lograr una fácil recuperación tras el ejercicio. Resulta provechoso tomar
complementos vitamínicas y minerales, pero lo que realmente beneficia a largo
plazo es mejorar la dieta. No hay píldora o medicamento capaz de aumentar la
energía; en cambio, una alimentación óptima maximiza el rendimiento.
¿Cuándo comer?
Tras una comida copiosa, el
cuerpo precisa tiempo para digerir los alimentos, proceso durante el cual a
menudo se experimenta cierto cansancio. Se recomienda, pues, esperar un par de
horas antes de iniciar algún ejercicio físico. Si se practica natación, después
de una comida se debe posponer el ejercicio para evitar un corte de digestión y
calambres. En cambio, los atletas que necesitan un rápido impulso de energía
para poder acelerar al final de la carrera comen una cantidad pequeña de
alimentos ricos en hidratos de carbono -frutos secos-, antes de realizar
ejercicio.
Comer alimentos ricos en
azúcares antes de hacer ejercicio puede ser contraproducente, ya que hay
peligro de hipoglucemia (una acusada disminución de los niveles de azúcar en la
sangre) mientras el cuerpo intenta hacer frente al exceso de glucosa. Cualquier
impulso de energía obtenido de comidas dulces será efímero e irá seguido de una
disminución de energía. Los alimentos no sólo aportan la energía necesaria,
sino que permiten al cuerpo reponer el combustible que necesita y recuperarse
una vez finalizado el ejercicio. Comer después ayuda a reponer las reservas de
glucógeno (resulta dos veces más eficiente reavituallarse tras las primeras dos
horas una vez finalizado el ejercicio). Es recomendable elegir alimentos con un
alto índice de glucógeno, por ejemplo, arroz, pan, pasta o patatas.
-Lograr energía que dure-
El cuerpo sólo puede almacenar
las cantidades pequeñas de glucógeno que necesita para abastecer de energía a
los músculos durante el ejercicio anaeróbico. Un aporte regular de hidratos de
carbono complejos (cereales integrales, legumbres, verduras y frutas) es
necesario para mantener unas reservas de glucógeno suficientes. Los atletas
utilizan una técnica llamada “carga de hidrato de carbono” para almacenar mas
cantidad de glucógeno. Una semana antes de una competición, reducen de forma
gradual la intensidad del entrenamiento para conservar una elevada cantidad de
hidratos de carbono.
Toma de líquidos.
Al hacer ejercicio se pierden
líquidos a través de la transpiración y al exhalar el aire. La deshidratación
deteriora el rendimiento y hace que se requiera un mayor esfuerzo por parte del
corazón, los pulmones y el sistema circulatorio, por lo que es indispensable
mantener una toma adecuada de líquidos cuando se practica ejercicio.
¿Qué beber?
El mejor líquido para la rehidratación
es el agua. Para una efectiva hidratación mientras se hace ejercicio, el agua
debe estar relativamente fría (5ºC), pues a esa temperatura el líquido se vacía
rápidamente del estómago y es absorbida por el intestino delgado. De todos
modos, debe evitarse a toda costa la ingestión de agua helada.
Las bebidas compuestas por
electrolitos e hidratos de carbono fabricadas para atletas pueden ser de gran
ayuda, y su sabor posiblemente estimule el consumo de líquidos.
Las bebidas de electrolitos o
isotónicas contienen sodio, cloruro y potasio, y sirven para reponer las sales
que se pierden al sudar. Son útiles si se realiza ejercicio durante prolongados
períodos de tiempo bajo altas temperaturas y hay abundante transpiración. Sin
embargo, las sales se pueden sustituir también por un poco de sal de mesa
(sodio y cloruro) en la comida, plátanos o zumos de tomate o de cítrico
(potasio). Al contener azúcar, las bebidas con hidratos de carbono mantienen
los niveles de glucosa e la sangre y aportan combustible adicional durante el
ejercicio.
Se deben evitar las bebidas con
más de un 8% de azúcar, como, por ejemplo, algunos refrescos, que retardan su
paso al intestino delgado.
¿Cuándo beber?
Hay que beber lo suficiente
antes, durante y después de hacer ejercicio para evitar la deshidratación. Si
el cuerpo se queda sin el agua necesaria y se produce la deshidratación, los
riñones no pueden filtrar ni los materiales tóxicos ni los desperdicios, y las
toxinas pasan a la sangre. En casos extremos, la persona puede entrar en coma.
Dado que la sed no es un indicador óptimo de la necesidad de líquidos que tiene
el cuerpo, no se debe posponer su ingestión hasta tener sed: lo ideal es beber
unos 250 mililitros cada quince minutos o hacerlo tan a menudo como sea
posible. Es muy importante beber lo suficiente cuando se realiza ejercicio a
altas temperaturas para reponer el agua que se pierde al sudar.
GASTO ENERGÉTICO Y UNA DIETA
EQUILIBRADA.
La clave de una dieta sana es
que sea variada y equilibrada; una correcta alimentación resulta fundamental
para mantener la salud y prevenir las enfermedades. Las necesidades
nutricionales (y calóricas) varían de un individuo a otro, dependiendo del
sexo, la edad, el estado de salud y el nivel de actividad, pero la mayoría de
la gente necesita comer e la misma proporción los alimentos de los distintos
grupos alimenticios. Algunos alimentos deben consumirse regularmente y en
grandes cantidades, mientras que otros menos nutritivos deben ingerirse sólo de
vez en cuando y en pequeñas proporciones.
Se entiende por alimentación
equilibrada la proporción justa entre los principios nutritivos:
·
15% de proteínas
·
25% de grasas
·
60% de carbohidratos
Distintos grupos alimentarios
Glúcidos:
El 60% aproximadamente de
nuestra dieta debe estar formada por los alimentos que los contienen. Se
encuentran en el pan, los dulces, las patatas, etc. También se les denomina
hidratos de carbono.
Lípidos:
Las grasas constituyen el 25%
de los alimentos que ingerimos; los hay en la mantequilla, el aceite, además de
en la carne, pescado y huevos. El almacén de energía está compuesto básicamente
de hidratos de carbono y grasas.
Prótidos:
Deben formar un 15% de nuestra
dieta. Se encuentran en las carnes, pescados, huevos y también en el arroz.
Son las proteínas.
Agua:
Constituye el 70% del peso
total de nuestro cuerpo. Es indispensable para estabilizar el proceso
hidrólitico de nuestro organismo y transporta los minerales necesarios.
Minerales:
Facilitan el metabolismo y son
básicos para la producción de energía. El Calcio, Hierro, Yodo, Magnesio, entre
otros son fundamentales.
Vitaminas:
No aportan ningún valor
energético pero son fundamentales para el desarrollo del Sistema
Músculo-esquelético. Podemos citar como ejemplo las vitaminas C. B, B-1, A y D.
RECOMENDACIONES
·
Consuma una cantidad suficiente de
frutas y verduras, manteniéndose dentro del marco de las necesidades
energéticas. Para una ingesta de 2,000 calorías tomada como referencia, se
recomiendan dos tazas de fruta y 2½ tazas de vegetales por día, y las cantidades
serán mayores o menores, según el nivel de calorías.
·
Elija una variedad de frutas y
verduras cada día. En particular, seleccione alimentos de los cinco subgrupos
de vegetales (verde oscuro, naranja, legumbres, vegetales con almidón y otros
vegetales) varias veces por semana.
·
Consuma 3 o más equivalentes en onzas
de productos integrales por día, y el resto de los granos recomendados, de
productos enriquecidos o integrales. En general, por lo menos la mitad de los
granos consumidos deben provenir de granos enteros.
·
Consuma 3 tazas por día de leche descremada o semidescremada, o productos lácteos equivalentes.
Consuma 3 tazas por día de leche descremada o semidescremada, o productos lácteos equivalentes.
GRASAS
·
Consuma menos del 10 por ciento de
las calorías de ácidos grasos saturados y menos de 300 mg/día de colesterol, y
mantenga el consumo de ácidos grasos trans lo más bajo posible.
·
Mantenga la ingesta total de grasas a
un nivel de entre el 20 y el 35 por ciento de las calorías, con la mayoría de
las grasas provenientes de fuentes de ácidos grasos poli-insaturados y
mono-insaturados, como pescado, nueces y aceites vegetales.
·
Al seleccionar y preparar carnes,
aves, legumbres, leche o productos lácteos, elija productos magros, de bajo
contenido graso o sin grasa.
·
Limite la ingesta de grasas y aceites
con alto contenido de ácidos grasos saturados y/o trans, y elija productos con
bajo contenido de dichas grasas y aceites..
CARBOHIDRATOS
·
Elija con frecuencia frutas, vegetales
y granos enteros ricos en fibras.
·
Elija y prepare los alimentos y las
bebidas con pocos azúcares agregados o edulcorantes calóricos, como las
cantidades sugeridas por la Guía de Alimentos del USDA y el Plan de
Alimentación DASH.
·
Reduzca la incidencia de caries
dentales practicando una buena higiene bucal y consumiendo con menos frecuencia
alimentos y bebidas que contengan azúcares y almidón.
SODIO Y POTASIO
·
Consuma menos de 2,300 mg de sodio
(aproximadamente 1 cucharadita de sal) por día.
·
Elija y prepare alimentos con poca
sal. Al mismo tiempo, consuma alimentos ricos en potasio, tales como frutas y
vegetales.
BEBIDAS ALCOHÓLICAS
·
Quienes decidan tomar bebidas
alcohólicas deben hacerlo de manera sensata y con moderación, lo cual se define
como el consumo de hasta un trago por día para las mujeres y hasta dos tragos
por día para los hombres.
·
Algunas personas no deben tomar
bebidas alcohólicas, incluidas aquellas que no pueden restringir su ingesta de
alcohol, las mujeres en edad de concebir que tienen la posibilidad de quedar
embarazadas, las embarazadas y las mujeres en período de lactancia, los niños y
adolescentes, las personas que tomen medicamentos que interactúan con el
alcohol y aquellas personas que tengan condiciones médicas específicas.
·
Las personas que realicen actividades
que requieran atención, habilidad o coordinación, tales como conducir vehículos
u operar maquinarias, deben evitar tomar bebidas alcohólicas.
PIRÁMIDE ALIMENTARIA:
El ministerio de salud
recomienda usar la pirámide alimentaria, que indica la variedad y proporción de
alimentos que se debe consumir durante el día. Se debe elegir una mayor
cantidad de los alimentos que están en la base de la pirámide y una menor cantidad
de los que están arriba, seleccionando diversos alimentos dentro de cada grupo.
A continuación se indican las
cantidades de alimentos que debes consumir diariamente si tu actividad física
es ligera. He ordenado los alimentos según su importancia para cubrir las
necesidades nutricionales de tu edad.
CONCLUSIONES
La actividad física es un pilar
fundamental del tratamiento de los trastornos del peso modificando la
composición del cuerpo y el funcionamiento del metabolismo y los sistemas,
mejorando la relación con la comida y con el propio cuerpo. Por ello es que
desde esta mejoría se hace posible un tratamiento efectivo a largo plazo que
culmine con una modificación de los hábitos erróneos del individuo. Con la
actividad física constante se producen cambios en el funcionamiento corporal
general, entre ellos los más destacados son: aumento de la capacidad de
"quemar" la grasa celular; descenso de los niveles de triglicéridos,
aumento del HDL (conocido como colesterol bueno) y disminución de la presión
arterial.
TRABAJO
De acuerdo al documento analizado y según la ficha antropométrica, diseñe una dieta
alimenticia diaria, ilustrada.
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